Hace apenas unos días, en agosto, en Guadalajara, Jalisco, el Colegio de Licenciados en Periodismo, su presidente don Teodoro Rentería Arróyave, ofreció un homenaje a un colega recién desaparecido, el poeta, locutor, periodista, reportero y amigo Javier Garavito.
Acabamos de recuperar su “último epitafio” que dedicó a su mujer y compañero por veinticinco años. Sí a Laura Navarro. Otra amable comunicadora.
No tiene desperdicio alguno. Y nos honra reproducirlo íntegro:
“Decíamos ayer y, si no lo decíamos lo pensábamos, que uno de los más patéticos signos de nuestra época a través del cual se nos muestra entre otras cosas y con los más diversos resultados su espíritu crítico es la desconfianza en uno mismo.
“Como herederos de todo y practicantes en nada hemos empezado y terminamos por no creer en nosotros mismos. Estamos rodeados de absurdos y nimiedades que ocupan las primeras planas. “La pequeñez del asunto derrota nuestra preocupación. ¿Cómo detenerse en este momento a dirimir sobre temas tan breves y estrechos mientras el país sigue de cabeza? Guardemos silencio, honremos la elegancia de no decir una sola palabra. Habrá tiempos mejores.
“El hogar es casa amurallada que siempre nos pone a salvo. Es el hogar lugar de encuentros y desencuentros, de música y silencios. Paradoja: la unidad de la familia es sostenida no por las cosas que se dicen sino por las que se callan. El silencio es el soporte de la casa.
“Voltear hacia atrás esperando encontrar algo para detenerte, una asidera, una silla, algo sólido para no caer al fondo negro del precipicio. Voltear hacia arriba y hacia abajo. Nada, no hay nada, sólo palabras que dicen que hay hombres que dicen palabras que dicen que hay hombres... Somos lo que hablamos, sí. En los libros, en los periódicos, en los medios electrónicos. Pero también, y sobre todo, somos lo que decimos a los cuatro vientos, en la vía pública, en los jardines, en las calles y avenidas.
“¿Hasta dónde vas a llegar? Ya vas, vienes, con las mujeres de negro, con las mujeres por la democracia, con la democracia y el Jesús en la boca, con la generosidad escurriendo por los poros de la piel.
“La televisión como chorro de agua sucia que llena de fango los hogares mexicanos. La televisión en lo particular y los medios de comunicación en lo general han trastocado nuestra escala de valores. Nos topamos con la verdad y no podemos aceptarla. ¡Es que en la tele dijeron lo contrario!
“Día a día brotan nuevas evidencias. Evidencias de nuestras equivocaciones, pero sobre todo de las equivocaciones y sinvergüenzadas de los otros.
Sé que es una quimera la refundación de Tenochtitlán, también sé que no quiero estar en la primera línea, en el frente, pues no quiero otra pierna rasgada, aunque pensándolo bien, vivir sin una extremidad es mejor que vivir con el corazón fracturado.
“Entonces, me enrolaré en la alegría de la muerte y aprenderé a comportarme -la muerte es poderosa- como si fuera dueño de mi ocaso, como si conociera mi ruta.
“Verás que las ventanas entre el mar y la playa, los viajes, tus hijos, mis hijos, lo que decimos, sí, pero también lo que callamos, todo, todo, ha tenido sentido. Y serás en el punto de mi muerte, la palabra inicial de mi epitafio. Xavier Garavito”.
A doña Rosa Chávez, mil gracias por su auxilio.
craveloygalindo@gmail
AHORA DE ARISTOTELES
29 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Debemos ir con la política que enaltece al país y a sus habitantes. Por eso, hoy invocamos a otro genio. No al del tricolor, que cobra por “correr” o “exculpar”. Todo depende del signo monetario. No al bebe saurio. Sino al viejo sabio.
Claro Aristóteles es considerado con frecuencia el más grande filósofo no sólo de la antigüedad, sino de toda historia humana.
Pero para apreciar su sabiduría no necesitas un título universitario, ni tampoco mucho tiempo para analizar sus teorías y comprender la naturaleza de su inteligencia.
Las citas de este gran hombre, conocido por ser el tutor de Alejandro Magno y por haber recibido clases del mismo Platón, van desde la más instructiva hasta la más inspiradora de todas las citas que he leído nunca.
Te exponemos algunas. No muchas. Pero acaso, según nosotros, las más clásicas.
“Es la señal de una mente educada, ser capaz de entretener un pensamiento sin aceptarlo”.
“Conocerte a ti mismo es el principio de toda sabiduría.”
“La paciencia es amarga pero su fruto es dulce.”
“Sin amigos nadie escogería vivir, a pesar de tener otros bienes”.
“Es durante nuestros momentos más obscuros cuando nos tenemos que centrar en ver la luz.”
“El placer en el trabajo lleva a la perfección en el resultado.
”El sabio no dice todo lo que piensa pero siempre piensa lo que dice.”
“La excelencia nunca es un accidente. Es el resultado de la alta intención, esfuerzo sincero, inteligente y ejecución: que representa la sabia elección de muchas alternativas. Elección, no por azar, determina su destino.”
“No hay ningún gran genio sin una mezcla de locura. ”No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad”.
“La peor forma de desigualdad es tratar de hacer las cosas desiguales, iguales.
“Para evitar críticas, no digas nada. Y no seas nadie.”
craveloygalindo@gmail.com
PIERDO LA CUENTA
27 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Les faltó incluirlo en los “Textos del Libro Gratuito”
Casi nadie, por delicadeza hace tal pregunta. No obstante, por presunción, salta alguno que se tilda de fauno. Y se ufana de ser especial, según él. Pero ahora con la trifulca de género, se soltó el entusiasmo por saber.
Aquí, con todo el respeto, lo planteamos. Es decir, lo que anda de moda. Inclusive en las marchas, de unos y otros. Los muy, muy, y los que no son tanto.
Mejor, para no entrar en polémica, lo exponemos sin prejuicio:.
En una tarde soleada, tres hombres se reunieron en la plaza a tomar unas cervezas y charlar sobre la vida, como todos los jueves.
Uno de ellos tuvo la idea de charlar sobre sus vidas sexuales y, por curiosidad, preguntó a sus amigos: “¿Cada cuánto tienen sexo ustedes?”
El primer hombre respondió: “A esta altura creo que cada tres meses.”
El segundo: “Yo estoy un poco mejor… últimamente una vez por mes.”
Cuando llegó el turno del tercer hombre, la respuesta fue sorpresiva: “Casi todos los días…”
Asombrados, los otros dos hombres comenzaron a preguntar cuál era el secreto para semejante proeza. Hasta que el hombre terminó su explicación:
“¡Casi los lunes, casi los martes, casi los miércoles, y así toda la semana!”
craveloygalindo@gmail.com
ES CIERTO. Y TE DIGO POR QUE
26 de septiembre de 2016
Jirafa nacida en cautiverio en Zoológico de Ecatepec de Morelos, Estado de México
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Ahora que el tricolor quiere llamar a cuentas a varios de sus aún gobernadores para quitarles su “Hierro”, la “Marca”, por endeudar a sus, entre comillas, entidades. Y enfrenta a quienes se oponen. Aún no hay sentencia. Preguntaríamos con reverencia, humildad. Pero sin ironía. Y menos sorna, al nuevo bebe saurio:
Qué castigo se tendrá que imponer a quien comprometió a México, hasta hoy, a liquidar, por préstamos contraídos, más de dos millones de millones de pesos- dos billones. Dice Inegi. Y nadie sabe tampoco en dónde están.
Sí, al que se ciñe, en el pecho, el lábaro Patrio de cabeza. Y al que aconsejó hacerlo, y los obtuvo, hoy de descanso en su casa de Malinalco.
Después de este paréntesis, casi de luto. Pasamos al otro punto, en equilibrio.
Aunque pueda sonar paradójico, la gente realmente es más feliz a medida que envejece.
Si bien hay muchas cosas en nuestra vida que empeoran con la edad, lo curioso es que en muchos aspectos comienzas a sentirte mejor.
Un estudio realizado con un grupo de 1.500 participantes, en edades comprendidas entre los 21 y 99 años, en San Diego, California, USA, encontró que las personas más estresadas y deprimidas de todo el grupo eran aquellos que estaban en sus veinte años.
Por su parte, las personas que rondaban los 90 se mostraron más felices. Los investigadores también observaron una consistencia notable en sus resultados.
Los adultos mayores del grupo se mostraron más felices. En paz consigo mismo y menos deprimidos. Sin ansiedad y estrés.
Según los investigadores se debe a ciertas cualidades que se refuerzan a medida que maduramos: la empatía, la compasión, el auto-conocimiento, la apertura a nuevas ideas, la firmeza y la regulación emocional.
Otra de las razones que hace a las personas generalmente más felices con los años, porque los vuelven más confiadas.
Dos estudios a gran escala, realizados en la Universidad de Northwestern y la Universidad de Buffalo, han mostrado evidencia concreta.
El primero, llevado a cabo durante un período de 30 años y con muestra de 200.000 personas de 83 países. El segundo con 1.230 personas de diferentes, observaron la asociación entre la confianza y la edad.
Ambos estudios llegaron a la misma conclusión que la gente se vuelve más confiada con la edad. Ser feliz es el resultado. Tiende a ver el lado positivo de la vida, y es capaz de ver lo mejor de los demás. Es más tolerante.
En 2015, otro estudio realizado por Gallup-Heathways encuestó a más de 173.000 personas en los Estados Unidos.
Por otra parte, se encontró que los participantes mayores de 55 años comían más sano que sus contrapartes más jóvenes.
Aún más interesante fue el descubrimiento de que los niveles de depresión y la obesidad se reducían drásticamente después de los 64 años.
Investigadores de la Universidad del Noreste y el Instituto de Tecnología de Georgia en estudios, profundos, cognitivos, encontraron que las personas mayores tienden a concentrarse en los estímulos y en los recuerdos felices.
Estos procesos las ayudan a regular sus emociones. Les permiten ver la vida desde una perspectiva más positiva.
Otra diferencia marcada entre las personas jóvenes y los adultos mayores es que los jóvenes buscan aventuras más memorables, mientras que las personas mayores están contentas con lo cotidiano. Y algo extra.
Mientras que la mayoría de jóvenes están preocupados por las vacaciones, planes de fin de semana, etcétera, los mayores gozan con las cosas simples de la vida.
Es totalmente cierto que el amar, el querer, es la mejor ayuda para estar en paz con nosotros mismos.
Es cuando prevalece, sigue o se encuentra el amor. Es una experiencia del adulto mayor.
Entiéndelo, para comprenderlo. Te lo digo, en confianza.
craveloygalindo@gmail.com
DEJAME PENSAR
22 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A pesar de lo hermosa que la vida puede ser, es cierto que a menudo nos encontramos con momentos de tristeza y soledad.
Todos pasamos por días similares. Donde nos negamos a ver las cosas maravillosas que nos rodean. Pero vemos las situaciones o problemas diarios más difíciles y complicados de lo que realmente son.
Hoy la vida quiere darnos algunos mensajes. Algunos consejos que hemos reunido a lo largo de la vida. Y, ella y yo, los compartimos:
En caso de duda, toma el siguiente paso: Estás a cargo de tu felicidad. Solo tú. Lo que otros piensen de ti no es asunto tuyo. Dijera la Lechuza.
Llorar con alguien alivia más que llorar a solas.
Está bien enojarnos con Dios. El puede soportarlo.
Respirar profundo calmara tu mente.
Haz la paz con tu pasado para no arruinar tu presente.
Si una relación tiene que ser secreta, entonces no deberías estar en ella.
No compares tu vida con la de los demás. No sabes cómo ha sido su camino.
La vida es demasiado corta para desperdiciar el tiempo No odies o envidies a alguien. Quiérelo. Perdónalo.
Lo que no mata realmente te hace más fuerte. Nunca es tarde para tener una infancia feliz. Pero la segunda oportunidad solo corre por cuenta tuya.
Cree como nosotros, ella y yo, en los milagros. Este.
Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un” no” por respuesta. Obtenlo.
Tu trabajo no te cuidara cuando estés enfermo. Amigos y familiares lo harán. Mantente en contacto con ellos. Eres un ejemplo, nos consta.
Siempre escoge vivir. No tienes que ganar cada argumento. Recuerda que puedes estar de acuerdo o en desacuerdo.
Olvida lo malo de todos. No olvides que el tiempo lo cura todo. Date tiempo.
Cualquiera que sea tu situación, buena o mala, cambiara. Recuerda que te amo por lo que eres, no por lo que fuiste o hiciste.
Y que el envejecer es una mejor alternativa que morir joven.
Si tiramos nuestros problemas a la basura, y vemos los de los otros, seguramente regresamos a los nuestros.
Nunca debemos olvidar. La experiencia nos lo dicta. Lo importante al final de este camino, es lo que amaste.
No lo olvides.
craveloygalindo@gmail.com
HAY QUE PERDONAR
20 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Deja de preocuparte. Confía en ti. Como yo. Te platico:
Casi al final del servicio dominical el sacerdote preguntó:
-¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?..
El 80 por ciento de la sala levantó la mano.
El párroco insistió con la pregunta.
Todos respondieron esta vez. Excepto una viejecita.
-Señora Josefa... ¿No está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
-Yo no tengo enemigos, respondió dulcemente.
Doña Josefa eso es muy raro ¿Cuántos años tiene usted?
99 respondió.
La congregación se levantó y la aplaudió.
¿Puede pasar al frente y decirnos como llega a los 99 años sin tener enemigos?
La señora Josefa pasó al frente, se dirigió a la congregación y dijo:
Porque ya se murieron todos esos desgraciados.
craveloygalindo@gmail.com
PARA QUE SIRVE
19 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
¿Para qué sirven las Naciones Unidas? Pregunta la doctora Rosa Chávez. Y enseguida explica:
Yo no sé a ustedes. Pero el conflicto en Siria me tiene preocupada y la ONU, muy decepcionada.
Tantos años de guerra, crisis humanitaria. Permitir, mejor dicho consentir, que Siria, con monumentos patrimonio de la humanidad, sea destruida.
Son 15 los países que forman el consejo de seguridad y 5 los permanentes, los que ostentan el poder: Estados Unidos, Francia, China, Reino Unido y Rusia.
Estos países, todo mundo lo sabe, son los mayores vendedores de armas.
El órgano que es pura burocracia: tiene 44 mil empleados, 125 mil cascos azules, desplegados en 16 países (cuestan 9 mil millones de dólares).
"Preservar la paz" se ha convertido en la empresa más cara de la ONU.
'Cuál es el plan de Rusia desde 2011.
Saquemos conclusiones: Rusia ha usado el veto cuatro veces para evitar que la ONU aplique sanciones contra el régimen de Siria y desplieguen en el territorio un plan de paz.
Mientras, la destrucción y el éxodo de sirios es impresionante.
Perfectamente imperfecta, cubierta de logros y escándalos,
Si no logra la paz en tiempos de guerra, me pregunto ¿para qué sirve la ONU?
Tiene, creemos, toda la razón. Pero quién escucha sus reclamos. Cierto. Nadie. Ni el que fue a tomarse la foto, allá.
craveloygalindo@gmail.com
CIUDAD DEL CONOCIMIENTO
13 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Así, como Ciudad del conocimiento, se conoce a Ensenada, de Baja California. Allí ciento cincuenta líderes periodistas de los treinta y dos estados del país se reunieron, 9 y 10 de septiembre, para realizar dos asambleas Federación de Asociaciones de Periodistas de la República Mexicana, Fapermex, y el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, Conalipe.
En la primera, lo fundamental, la elección del nuevo titular.
Por segunda vez recae en una dama, doña María Consuelo Eguía Tonella, de Mexicali. Recordamos a doña Hilda Luisa Valdemar Lima, de Puebla, la primera.
Ambas cultas, inteligentes, dignas, pero sobre todo justas.
Y la fecha en que arrancó la federación, en Ixtapan de la Sal, con ciento veintiocho asociaciones: 18 de mayo de 2002. Con el talento y esfuerzo de Teodoro Rentería Arroyave, su primer dirigente.
Lo han sido, también José Antonio Calcáneo Collado, Tabasco. Roberto Piñón, Chihuahua. Teo Raúl Rentería Villa, Morelos.
Reporteros. Escritores. Radio comunicadores. De prensa, televisión, internet, radio. Todos Licenciados en periodismo y cédula profesional, expedida por la SEP, de pie, con aplauso que llenó el auditorio del hotel Paraíso Las Palmas, por aclamación unánime pidieron a “Colilá”, así la conocemos sus amigos, aceptara el encargo por tres años.
A ella acompañarán dos ilustres hombres: de Jalisco, Moisés Mora Cortés, secretario general. Y al poeta morelense Pablo Rubén Villalobos, presidente de vigilancia.
De éste último, no olvidamos la portada de su libro “Sesenta millones de Años”, y un verso que dibuja a esta ciudad, Ensenada:
“Hace muchos, muchos soles. Muchas lunas y destellos. Pensé crear sin ambiciones. Un lugar hermoso y bello…”
Previamente en la asamblea informes de los jerarcas, que por unanimidad pasaron. Hasta que llegó. Dijimos: “hasta que se abre la nuez, aparece la almendra”. El mensaje de vigilancia. Desafortunado. Ni bueno, ni malo. Sino todo lo contrario.
Permitió, no obstante, poner de manifiesto la pluralidad y democracia que existe en la federación. A treinta y dos el presidente de la Asamblea, don Tedy Raúl Rentería Villa, concedió la palabra. Y en cinco horas, uno a uno, hombre o mujer, expusieron sus razones. Respetables todas. Pero no coincidentes.
Qué hacemos con este informe, se preguntó a la asamblea. Y alguien, acaso una dama, creo que se llama Mercedes, con buen tino e indulgencia, solicitó complaciente: si no sirve para nada, votemos por reprobarla. Y sigamos adelante.
Se puso a consideración y todos, hasta el autor, se unieron a este clamor. Y sin mayor contratiempo, aplicamos, todos por aclamación, el mejor artículo: al cesto….de la basura.
Queda de manifiesto que no seremos recordados por nuestras palabras, sino por nuestras acciones. Porque la vida no se mide por el aliento que tomamos, sino por las cosas que nos quitan el aliento.
Concluida la Asamblea de Fapermex, salimos apresurados al Valle de Guadalupe. En donde se asienta la Hacienda del mismo nombre. Su propietario Daniel Sánchez Oliveros, nos mostró su propiedad. El se encarga de viñedos. Una hija del Hotel y la otra del
Restorán, en donde nos sirvieron Paella.
En el recorrido de Ensenada al Valle, vimos las uvas sin ser vino todavía. Y la tierra sembrada con las vides. El caldo, tinto todo, nos acompañó, en gigantescas y elegantes copas, desde nuestro arribo hasta medianoche, cuando de este oasis partimos.
Fue espléndido. Sol y alegría todo el día. Por la noche, en los vehículos vimos, al mirar el firmamento, media luna que alumbraba el recorrido que hacíamos, junto al pacífico mar de esta península, claro que sí, privilegiada.
Una jornada de quince horas. Nueve de asamblea y el resto de afecto.
Mañana, si me permiten. Conalipe, sus cosechas. En el día. Por la noche, en una cena de gala, con invitados especiales, los reconocimientos de Fapermex a sus asociados, el saludo de los poderes ejecutivo federal, ejecutivo estatal y ejecutivo municipal.
Será también breve, pero más explicativo. Lo juro.
craveloygalindo@gmail.com
LAS CANICAS ROJAS
04 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
No queremos cambiar ni una letra a esta historia. Tiene, por supuesto, el encanto de la veracidad. Así empezó:
“Durante los duros años de la Revolución, en un pueblo pequeño de Aguascalientes, México, solíamos parar en el almacén del señor Salvador Muro para comprar productos frescos.
La comida y el dinero faltaban y el trueque se usaba mucho
Un día en particular, el señor Muro empaquetaba unas papas.
De repente nos fijamos en un niño pequeño, delicado de cuerpo y aspecto. Con ropa raída pero limpia Miraba atentamente un cajón de peras frescas y maravillosas.
Pagamos las papas pero también nos sentimos atraídos por el aspecto de las peras. ¡Nos encantan el dulce de pera y las papas frescas! Admiradores de las peras, no pudimos evitar escuchar la conversación entre el tendero y el niño.
«Hola Toño, ¿cómo estás hoy?» «Hola señor Muro. Estoy bien, gracias..... Admiraba las peras... se ven muy bien.» «Sí, son muy buenas.
¿Cómo está tu mamá?» «Bien. Cada vez más fuerte».
¿Hay algo en que te pueda ayudar?» «No Señor. Sólo admiraba las peras.» «Te gustaría llevar algunas a casa»
«Sí Señor. Pero no tengo con que pagarlas.»
«Bueno, qué tienes para cambiar por ellas «Lo único que tengo es esto, mi canica más valiosa.» «De veras ¿Me la dejas ver?» «Acá está. ¡Es una joya!»
«Ya lo veo. El único problema es que ésta es azul y a mí me gustan rojas.
¿Tienes alguna como esta, pero roja, en casa?» «No exactamente, pero casi.»
«Hagamos una cosa. Llévate esta bolsa de peras a casa y la próxima vez que vengas muéstrame la canica roja que tienes.»
« ¡Claro!. Gracias Señor Muro.»
La esposa del señor Muro se acercó a atendernos y con una sonrisa dijo: «Hay dos niños más como él en nuestra comunidad, todos en situación muy pobre:
A Salvador le encanta hacer trueque con ellos por peras, manzanas, tomates, o lo que sea. Cuando vuelven con las canicas rojas, y siempre lo hacen, él decide que en realidad no le gusta tanto el rojo, y los manda a casa con otra bolsa de mercadería y la promesa de traer una canica color naranja o verde tal vez.
Salimos del negocio impresionados con este hombre.
Un tiempo después nos mudamos a Guadalajara pero nunca olvidamos a don Salvador, los niños y los trueques entre ellos. Siempre con una sonrisa
Varios años pasaron. Cada uno más rápidamente que el anterior. Como a nosotros nos pasa. Tuvimos la oportunidad de visitar a unos parientes en esa comunidad de Aguascalientes. Allí, nos enteraron que don Salvador Muro acababa de morir.
Esa noche sería su velorio y al saber que ellos querían ir, aceptamos acompañarlos. En la funeraria, nos pusimos en fila para conocer a los parientes del difunto y para ofrecer nuestro pésame.a su viuda.
Delante, en la fila, había tres hombres jóvenes: Uno tenía uniforme militar y los otros dos finos trajes oscuros con camisas blancas. Obviamente profesionales. Gente de bien.
Se acercaron a doña Carmelita, quien se encontraba al lado de su difunto esposo, tranquila y con una gran sonrisa. Cada uno de los hombres la abrazó, la besó, conversó brevemente con ella y luego se acercaron al ataúd.
Los ojos cafés llenos de lágrimas de Carmelita, los siguió mientras cada uno tocaba con su mano cálida, la mano fría dentro del ataúd.
Se retiraron de la funeraria limpiándose los ojos.
Llegó nuestro turno y al acercarme a la señora Muro le dije quién era y le recordé lo que había contado años atrás sobre las canicas.
Con brillo en los ojos nos tomó de la mano y condujo al ataúd.
«Esos tres jóvenes que se acaban de ir son los tres chicos de los cuales te hablé. Me acaban de decir cuánto agradecían los «trueques» de Salvador.
Ahora que Chava no podía cambiar de parecer sobre el tamaño o color de las canicas, vinieron a pagar su deuda. «Nunca hemos tenido riqueza» -nos confió- «pero ahora Salvador se consideraría el hombre más rico del mundo.»
Con una ternura amorosa levantó los dedos sin vida de su esposo. Debajo de ellos había tres canicas rojas exquisitamente brillantes”.
Concluiríamos nosotros, al platicártelo amor, ya limpio el rostro de lágrimas, que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero no alcanza toda la vida para olvidarla.
craveloygalindo@gmail.com
QUE VERBO
02 de septiembre de 2016
Segunda y última parte
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Perdón por la incorrección. No vino a pedir perdón. Vino a dar instrucciones. Y no nos lo platicaron. Lo escuchamos claramente. Este Güero es un demente. Y quien lo invitó, lo imita bien, muy sabiamente. Sobre todo cuando dijo a su invitado: “Si a México le va mal. Al país vecino, le irá peor”. De risa, a poco, no.
Recordamos, también, un epigrama de don Luis, dedicado al tricolor:
“En el PRI (cosa probada) no existe ya en esta fecha, ala izquierda o ala derecha. Solamente ala….cargada”.
Durante largo tiempo con el seudónimo de “Don Luis”, es el epigrama también en donde Vega y Monroy, alcanza para nuestro gusto hallazgos cimeros.
Su manejo magistral del idioma. Su malicia exenta de amarguras y su ya añoso oficio de hacer reír diariamente a los lectores de periódicos, lo situaron en la primera fila de los epigramistas mexicanos, de ayer y hoy. Y siempre.
Esta pequeña digresión nos alejó de nuestra chinga. Con todo respeto.
Sigamos con la fenomenología y metafísica del verbo preferido por y de muchos:
“El universitario que enseña a sus compañeros su boleta de reprobado, dice tristemente:
“Me chingaron en Derecho Administrativo. Lo cual prueba que el verbo chingar también significa reprobar.
Llega el mocoso a su casa con un ojo morado y se escurre para que no lo vean sus padres:
Qué te paso, le pregunta su hermanito.
Me dieron un chingadazo.
Así pues, este verbo también tiene la acepción de golpear de fea manera.
¿Te acuerdas compadre de que en la misma vecindad donde yo vivía el año pasado había una muchacha muy bonita, de ojos verdes, buenísima, que se llamaba Rosita? Pues ya se la chingaron.
Y el compadre, mientras lamenta lo sucedido, sabe que lo que le pasó a la Rosita, no fue que la reprobaron, ni que le pegaron, sino simplemente que le hicieron trizas su doncellez.
El verbo chingar sirve también para connotar las cosas buenas.
Platica por teléfono la señorita secretaria con una de sus intimas amigas:
“No dejes de ver, mana, la película que dan en el Ariel. Está chingonsísima”.
Lo cual quiere decir que es una película extraordinaria, magnifica, morrocotuda.
Del mismo modo, cuando alguien es un genio y sobresale por sus cualidades, no es cualquier cosa. Es un chingón.
En cambio, cuando algo es insignificante, sin importancia de ninguna especie, cómo se le califica: Esto es una chingadera. En otras palabras no sirve para maldita la cosa.
Hay ocasiones en que el verbo chingar, significa en forma intensa y eficaz.
Ahora sí, muchachos, dice el jefe, A chingarle muy duro. Y ellos, a los que les gusta que les hablen derecho, pues le chingan con fe y terminan pronto el trabajo.
El tono con que se pronuncia el verbo chingar en su diferentes compuestos y formas tiene capital importancia.
Llaman enérgicamente a la puerta y el que saborea su güisquicito, lo pone en la mesa y se apresura a abrir. Pregunta:
Quién, chingao. Yo chingao. Ah, chingao.
Cómo le dice un amigo a otro que viene a importunarlo cuando está muy ocupado:
No me estés chingando.
Pero a veces el verbo chingar tiene otro significado distinto. Es defraudar, madrugarle a uno, abusar de su confianza.
Iba muy bien mi empresa, agrega. No te parece hermano, que esas son chingaderas.
En otras ocasiones chingar es hurtar. Chíngate esa botella de Cognac, le dice el chofer al mozo. Al cabo que el patrón no se da cuenta.
Ahora que cuando un mexicano quiere injuriar a otro en la peor de las formas (y éste es el antecedente de muchos homicidios), simplemente le dice:
Anda y chinga a tu madre. A continuación se escuchan balazos o el zumbar de los machetes.
Cuando una máquina se descompone, qué es lo primero que uno dice con enfado: Esto ya se chingó.
Si una cosa es bonita pero inservible se le designa cariñosamente con el nombre de chingaderita.
Si una cosa sale mal, la voz chingar también significa concluir, terminar, acabar.
A la hora en que se cierra la Primera Plana del periódico. Cuando ya todos están cansados y con ganas de irse a dormir, nada hay más grato que escuchar al subdirector cuando dice:
Ahora sí, como dijo mi general Madrigal, esto ya chingó a su madre”.
Antes de concluir esta fenomenología y metafísica del verbo, original de don Luis Vega y Monroy, a quien los queretanos llamaron con su nombre a una avenida de la capital, tenemos una aportación de quien escribe, también cultural.
Es un soneto que va de acuerdo con el anterior lenguaje. Y dedicado, con el debido respeto, al “ilustre” visitante:
“Te vi. Me viste. Te saludé. Te escondiste. Chinga a tu madre. Soneto triste”
Nada más hay que agregar.
En otra entrega, pronto, hablaremos de Renato Leduc, Francisco Liguori, sor Juana Inés de la Cruz, José Vasconcelos (el negrito poeta), Ignacio Ramírez, (el nigromante). Rafael Solana, Salvador Novo. Y otros.
Sus versos. Sonetos. Epigramas y algo más. También de nuestro libro. Y de otros colegas.
craveloygalindo@gmail.com
QUE VERBO
01 de septiembre de 2016
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
El informe anual se convirtió en charla privada con trescientos adolescentes, como él. El Congreso quedó atrás. Ni modo.
Además saber quién, es pregunta, pidió perdón: el mandatario o su pelirrojo invitado Trump.
Mejor hablemos del verbo “Chingar”, que, autoría de don Luis Vega y Monroy, escritor político que colaboró para varias publicaciones destacadas, y autor de varios libros, nos lo reseña.
Don Luis fue al mismo tiempo un humorista en serio, y en serie, y el mejor en manejar, a nuestro juicio, el difícil género epigramático.
Los invito a leer, su “fenomenología y metafísica del verbo chingar”, incluida en nuestro libro, “Introducción a la gramática periodística (El despiporre intelectual)”, editado por el Club Primera Plana.
Constituye no solamente un ensayo humorístico lleno de aciertos, sino también una búsqueda sicológica de las implicaciones que el uso de este necesarísimo vocablo tiene en la vida del mexicano.
Debo confesar que un escritor mexicano laureado con el premio Nobel, don Octavio Paz, publicó, luego de que lo hiciera don Luis, algo similar. El que daremos a conocer, sin quitar una coma, es el original:
Chingar es el verbo más delicioso del léxico mexicano. Es una palabra tornasolada y proteica, con los más diversos sentidos según el tono con que se pronuncia.
A la hora en que sale retozona en medio de la charla. O las circunstancias que rodean su aparición como chispa traviesa, entre el grupo de amigos
La palabra chingar salta de repente en la discusión que sostienen graves señores de las finanzas y automáticamente el ambiente se torna cordial y se humaniza.
En el murmullo de la cantina, o el congreso, suena de pronto como cañonazo.
Adquiere tiernas y picarescas modulaciones en los dulces labios femeninos y hasta sugiere broncas promisiones viriles en la boca inocente del niño.
Chingar es un verbo que sirve para todo y que nos sirve a todos.
Con él matizamos sabrosamente nuestro lenguaje. Tan pronto es vívida expresión de gozo, como estallido de ira y desesperación.
A ratos es término juguetón y a ratos anuncio de tragedia.
Chingar es el verbo que todos conjugamos en tiempos, modos, formas y personas.
Es nuestra gramática parda que nos enseña a emplearlo en forma activa, pasiva, impersonal, recíproca y reflexiva.
El verbo chingar es al mexicano lo que el calor a la llama. Lo que la frescura a la brisa. Lo que al perfume a la flor. Lo que el político el engaño.
Con esta expresión el mexicano ríe, llora, trabaja, vive, muere. Se enfurece, se desahoga, se exalta, se calma.
Leamos más de este vocablo:
“En México al que no chinga, lo chingan. Porque en esta vida, quién no lo sabe, hay que chingarse.
Qué decía del combate el revolucionario a quien le había dado en la chapa del alma una bala enemiga:
Ya me chingaron.
Aquí el verbo significa matar y morir.
Pero de pronto obtiene otros matices y quiere decir sufrir, tolerar, soportar.
Llega una abnegada madre de familia, esposa de un mexicano habituado a los copetines y se queja amargamente con el señor cura de que ya no soporta la vida que le da su adorado marido. Porque además de gastarse la raya los sábados, le pega cuando no le tiene la comida caliente.
El señor cura consuela a la mujer y le dice: “Calma, hijita ten paciencia. Dios habla por los que callan”.
Ay padrecito, replica la mujer. Pero mientras Dios habla por los que callan. ¿Quién es la que se chinga?”
Don Luis fue un genio. Maestro y amigo de grandes periodistas. De esos que inundaban los periódicos con la verdad, que antaño se permitían decir.
Abramos un paréntesis cordial. Y mañana otro poquito de la chinga. Con el debido respeto, por supuesto. Sin faltar a los buenos principios.